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miércoles, 26 de marzo de 2014

Memorias de un Guardián.

Esto sólo son unos pequeños fragmentos de los cuales recuerda mi memoria.
La certeza de estos acontecimientos es tan real como las estrellas que iluminan cada noche.

.Silver|Ayanami.

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Recuerdo I

No recuerdo de cómo llegue aquí, solo sé que desperté en este lugar…
No recuerdo nada de mi pasado, solo con suerte recuerdo mi nombre. Ni siquiera sé porque estoy en este lugar, siempre voy vagando de aquí para allá…
Hasta que oigo los gritos de auxilio de una chica, me dirijo rápidamente hacia el lugar y veo a tres tipos que la tenían rodeada en un callejón.

-         -  Te tenemos donde queríamos lindura… Ya no podrás escapar.
-          - P… Por favor… Déjenme ir…
-          - ¡Idiotas! Dejen a esa señorita en paz.
-          - ¡¿Y quién carajos eres tú para decirnos qué hacer?! Vamos a darle una buena lección.

Los tres sujetos iban a atacarme con palos y piedras… Yo solo atiné a proteger a esa joven de todos los ataques, usando mi cuerpo como escudo, los palos y las piedras llovían sobre todo mi cuerpo. Pero lo único que me importaba era el bienestar de la señorita.

-       -   Toma esto maldito bastardo.
-       -  Te lo mereces por entrometerte con nuestro camino.
-       -  No… Dejare… Que… La… Dañen…

Luego de casi media hora de golpiza, ya con mi espalda bastante dañada y arañada, con mi cabeza ya machacada por los golpes y ya casi por caer de rodillas al piso por la pérdida de sangre. Los idiotas se retiraron satisfechos por lo que habían hecho.

-          - Vamos, quizá no abusamos de ti linda, pero da a este sujeto por muerto.
-          - Si te volvemos a ver por aquí correrás la misma suerte que este sujeto, sin antes tocar y abusar completamente de ti preciosa.

Ya completamente tirado en el suelo, prácticamente muerto y semiinconsciente  por los golpes y contusiones. Solo pude ver la silueta de esa señorita acercándose a mí.

-         -  Por favor, resiste… No te mueras. Te ayudaré, lo prometo.
-         - ¿Estas…? ¿Bien…?
-         - Si… Gracias… Pero por favor, no me dejes… No cierres tus ojos…

Eso fue lo único que alcancé a escuchar antes de no recordar nada de lo ocurrido y caer inconsciente.
Luego me desperté bastante adolorido y mareado. Al abrir mis ojos me di cuenta que tenía mi torso y mis brazos vendados, mi cabeza también estaba vendada.
Intenté moverme, pero sentí un fuerte dolor en todo mi cuerpo y una voz me dijo.

-         - No lo intentes, sino dolerá más. Es mejor que descanses.
-         - ¿En…? ¿Donde…? ¿Estoy…?
-         - Estás en la residencia Ayanami, nuestra señorita fue quien te trajo, bueno, después de todo lo que nos conto y lo que hizo usted por ella. Esto es lo menos que podemos hacer por usted.
-         - Ya veo… ¿Ella se encuentra bien?
-         - Si, no tiene de que preocuparse.
-         - Me alegro.
-         - Bueno, lo dejo descansar, si necesita algo puede llamarme, seré su sirvienta personal designada por nuestra señorita para sus necesidades.
-       -  ¿Sirvienta? Descuida, no necesito.
-        -  Por favor, insisto, estaré a sus servicios y cuidados.

Sinceramente después de lo que paso, solo recuerdo que me desmaye delante de esa chica y que desperté aquí, puede que esta sirvienta esté diciendo la verdad.

-       -   Ok, te llamare si necesito algo.
-       -   Descuide, puede contar conmigo amo.
-       -   Por favor, no me digas así… Solo dime Silver ¿De acuerdo?
-       -  Como guste, Silver-sama* (* El término sama se utiliza en la cultura japonesa para referirse hacia una persona a la cual se le tiene mucho respeto.)
-        -  Disculpa, tu nombre es…
-        -  Me llamo Hisui, estoy para servirle


En ese momento Hisui abandona la habitación.
Me quede observando un poco a mi alrededor, era una gran habitación, con paredes de color crema, una mueblería muy antigua, algo como de la época del renacimiento. Un gran ventanal del lado izquierdo por el cual el sol iluminaba con gran brillo.
Me recuesto en la cama e intento apoyar mi brazo izquierdo sobre mi frente. Al mismo tiempo que comienzo a hacerme miles de preguntas.

-          ¿Por qué me trajo aquí?
-          ¿Por qué esos idiotas querían abusar de ella?
-          ¿Habrá estado bien el haberla ayudado? Claro que si, sino quizá ella estaría en mi lugar… O peor.
Cuando de repente escucho que golpean la puerta suavemente y alguien entra, era ella, la señorita que había rescatado.

-        -  Veo que ya despertaste. ¿Cómo te sientes?
-        -  Un poco mejor que antes. ¿Y usted como está?
-        -  Si no hubiera sido gracias a ti, quizá ni siquiera estaría viva. Te debo demasiado.
-        -  No se preocupe, hice solo lo que creía correcto. Nada más.
-         - No es solo eso, tus acciones fueron muy nobles y caballerosas, puedes quedarte aquí el tiempo que lo desees.
-         - Muchas gracias por la oferta, pero apenas este como nuevo me iré.
-         - Ya veo… -Dijo la chica con un tono demasiado triste- Pero, tienes a donde ir ¿Verdad?

En ese momento me inundó un gran vacío, es cierto, no recuerdo como llegue aquí, ni siquiera el motivo por el cual fui enviado, así como tampoco tenía un lugar a donde ir.

-      -  Te seré honesto, sinceramente no tengo a donde ir, a decir verdad ignoro hasta muchas cosas de mí mismo.
-   - Pero apenas me recupere dejaré este lugar. No quiero ser una carga.
-      -  Ya veo… Aunque sinceramente no eres una carga, salvaste mi vida. Esto es lo menos que puedo hacer por ti.
-      -  Es muy amable, gracias. Aunque ahora que lo pienso –suspira- en donde están mis modales. Me llamo - --Silver. Mucho gusto.
-      -  El gusto es mío Silver, me llamo Lilith… Lilith Ayanami.
-      -  Lilith… Qué lindo nombre.
-      -  Bueno mi querido protector, dejaré que descanses. Muchas gracias.

En ese momento ella se despide con un dulce beso en mi frente y se retira de la habitación.
-          Con que Lilith…
Cerré los ojos por un momento y comencé a memorizar sus rasgos, una figura esbelta, tendrá entre unos 20 a 22 años aproximados (por si se preguntan no le pregunte su edad, preguntarle eso a una señorita es falta de educación) de tez blanca y delicada. Su cabello largo, liso y de un color blanco precioso. Sus hermosos ojos azules y su perfecta y hermosa sonrisa.
Si bien no soy de esos chicos de los cuales se dejan llevar por la apariencia física, pero ella tenía algo… Algo que no podía describir simplemente, que solo yo lo podía entender.




Chicos, quienes han seguido la historia, les dejo el enlace de descarga para que la puedan leer completa, este es sólo el primer capitulo.
Muchas gracias por todo el apoyo ^^

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